Mi mejor agapornis...

... no es criado a mano, socializado ni comprado joven. Aunque no se su edad porque no ha tenido nunca anilla, por el plumaje dejaba claro que era adulto y por ello siempre he pensado que como mínimo tenía un año, si no más.

Si revisamos materiales nos dirán que son los peores casos y que lo mejor que podemos hacer con estos ejemplares es tenerlos en un voladero y dedicarlos a la reproducción. Como rebelde que soy no me quise cree estas afirmaciones y por ello diez años después puedo realizar este escrito.

Ha sido el pájaro más seguro. Nunca ha extrañado materiales, alimentación ni cuando hemos cambiado la jaula, la inseguridad ha sido la justa y rápidamente se ha adaptado a lo ofrecido. Después de Pepa, ha sido el segundo en llegar a casa en tener confianza y aceptar comida de mi mano. Y sí fue el primero de todos los emplumados emancipados que se posó en mi mano.

Sobre los temidos picotazos, él nunca me ha hecho uno dañino. Me ha dedicado con una delicadeza exquisita su exploración, siendo la lengua la que utiliza para tantear y no la presión del pico. Y a lo largo de los años, es el que más agradece mi presencia, volviéndose loco y buscando mis atenciones cuando entro en su habitación. De cara a mascota, para mi es el ideal de compañero alado.

Ahora bien y lo que siempre ocurre: no es cuestión de un día ni unos meses. Si estuviera escribiendo estas líneas la primera semana o con un año, mis declaraciones serían muy diferentes del Señor H. Y es que el error que veo frecuentemente en los propietarios de mascotas es el tiempo a invertir. Queremos resultados rápidos y sin invertir tiempo.

El rubio de casa ha necesitado tiempo, paciencia, dedicación y la experiencia de irnos conociendo día a día. Ahora los conozco bien y se cuándo algo no les va a gustar, cómo presentar las cosas para dar seguridad y los límites. Cuando era una novata obviamente no. Y es algo que creo que debemos aprender pero sobretodo asumir quién decidimos compartir nuestras vidas con un animal.

Porque el animal más maltratado puede ser el mejor compañero que podemos tener. Es por ello que hoy quiero dedicarle esta entrada a este gran agapornis que sólo tiene un defecto: ser demasiado bueno y permitir a su pareja que le quite algunas de las plumas del cuello.
  Mi mejor compañero alado: Hedwig

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Al dejar un comentario en esta entrada das tu consentimiento para el almacenamiento y gestión de tus datos por parte de Vanessa Calonge, responsable de Universo Agapornis. La única finalidad es gestionar los comentarios que realizas en este blog. Los datos que facilitas estarán ubicados en los servidores de Blogger (operador de web) y no serán utilizados para ningún tipo de uso comercial ni publicitario. Podrás ejercer tu derecho a modificar o eliminar tus datos enviando un email a: hedwig05@gmail.com

No olvides leer la Política de Privacidad, Aviso Legal y Política de Cookies de este sitio web para consultar todo lo relativo a Protección de Datos e información adicional.