Despedir a un compañero nunca fue una tarea fácil

Tengo muchas cosas que contar que por falta de tiempo en el mes de julio y ahora mismo de ganas... No me he puesto en serio. No obstante espero ponerme a tope en breve y que en las próximas semanas podáis empezar a verlos. Y para ello, toca contaros la parte más dolorosa para que como dice Freddie Mercury: el espectáculo debe continuar.
Creo que el mayor miedo y dolor que se puede enfrentar un ser humano es la muerte: ya sea porque la siente bien cerca en sus carnes, o le aceche arrebatándole a sus seres queridos. Por más que nos mentalicemos o nos acerquemos a filosofías que la traten, nunca estamos preparados para su encuentro como bien describió en numerosas charlas Steve Jobs.

En el caso de pérdidas, es quizás el más doloroso porque las despedidas nunca son plato de buen gusto. Ese momento agrio de despedida es agónico y cuando se confirma que no hay marcha atrás, desgarra todo tu ser. Da igual que pases de puntillas, que intentes dejar tiempo en sanar las heridas y enfrentarte pasado los años al momento de recordar o hacer un homenaje digno a tu ser querido: esa herida jamás va a tener cura.

Lo aprendí en su momento con mi perla negra: cuatro años tardé en coger valor para realizarle una carta en abierto con todos los sentimientos que me había producido su enfermedad, la decisión final tomada... Y me costó exactamente lo mismo que si lo hubiera hecho ese día. Tuve el mismo nudo en la garganta, la misma ansiedad en el pecho que sentía que me dejaba sin aire y un torrente de lágrimas en mis ojos sin desenfreno. Que nadie os engañe: quién deja huella, su hueco jamás podrá ser sanado. Podremos aprender a vivir con ese dolor, a intentar transformarlo a cariño agradable acordándonos de todos los grandes momentos vividos junto a ese ser... Pero siempre habrá una pizca de dolor incurable y que el recuerdo nos hará experimentar todas esas sensaciones.

Por ello no quiero dejar pasar más tiempo con Jero y lo voy a realizar tan reciente este escrito, ya que nos dejó el pasado tres de agosto. Jero fue el segundo agapornis que pisó nuestro hogar, el primero de la especie Agapornis personata. Era precisamente la antítesis de lo que me gustaba en la familia de estos loros africanos: me parecían muy feos físicamente esa especie, no me gustaba la línea verde y ese pico rojo intenso y que parecía pintado y artificial no me convencía nada. Parece una broma del destino que hoy precisamente esté añorando ver ese pico rojo al levantarme.
Jero. Primer día en casa
Con una historia dura detrás (fue el primer rescate que realizamos), fue siempre un animal tímido, reservado pero con un don llamado curiosidad que lo hacía único. Desde su percha de observación no se perdía ningún movimiento de la casa. Pasó de ser un saco de huesos, a un emplumado rellenito de felicidad que me dio el privilegio de confiar en mi persona y pasar momentos inolvidables. Por verlo apagado decidimos traerle una compañera de aventuras, Pepa, haciendo que fuera el pistoletazo definitivo a que pasara de ser la especie que menos me atraía, a conquistarme.
Hed y Jero
Destacó desde el principio que se topó con la mirada de mi madre (la culpable de que viniera él y no un ejemplar cobalto violeta), siendo también conocido por el indio ya que tenía una pluma en la cabeza despeinada. Este hecho físico interesó a la MUTAVI y me permitió ver como trabajaban y el interés que hay detrás a la hora de fijar líneas de cría con mutaciones.
Jerito de peque
Con él he aprendido todos estos años paciencia, saber estar y otro tipo de manejo. Pues si es cierto que no le gustaban las caricias, sí interactuábamos y había una complicidad especial. Una nueva prueba que demuestra que un loro no peluche puede ser un gran compañero si le damos la oportunidad.
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Pero sus inicios complicados... A la larga pasaron factura. En 2014 se le diagnosticó un fallo hepático que si bien el único efecto visual y de conducta era que crecía excesivamente el pico superior, si nos hizo estar alerta y asumir que podíamos estar en su última etapa. Los veterinarios en estos casos no se pillan los dedos y desde ese día, he disfrutado cada segundo de él, ya que era consciente que en cualquier momento podía terminarse nuestro tiempo. Y no estaba dispuesta a tener culpabilidades morales.
Jero
En ese periodo andábamos trabajando en que Txus, el otro enmascarado de la casa, pudiera convivir con el indio. No fueron nunca grandes compañeros, pero los dos aprendieron a convivir y a darse compañía a su estilo. Para el pico rojo fue muy positivo, ya que volvió a tener actividad y le permitió irse soltando más de sus inseguridades.
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Este mes de julio fui observando que se iba apagando en conducta el indio, pero no encontrábamos nada fuera de lo normal. Su peso era correcto, los valores hepáticos los habituales en él y ninguna infección. El tres de agosto, el fatídico día empezamos la jornada con señales que no me gustaban nada, así que decidí irlo vigilando si comía, peso, estado de plumaje... Me extrañó mucho que aunque sabía que era mejor no resistirse cuando tocaban las revisiones, no hubiera ninguna queja por su parte. No le di importancia pues el tres de agosto fue un día muy caluroso, y podía responder a este hecho.
Jero. Bañito
Escucho quejidos: Txus estaba teniendo una riña con Jero. Me acerco y veo al veterano de los enmascarados en una actitud que no me gusta nada y sorprendentemente su compañero que siempre está dispuesto a salir de la jaula, entiende que no debe de hacerlo y me deja socorrer al indio.
Jero
Ansiedad, angustia... Intento calmar mi mente. Observo que los pellizcos dados por Txus son leves, con lo que entiendo claramente la señal: Jero se está marchando. No lo dudo y llamo al teléfono del veterinario que tras no haber suerte en que me de cita por estar cogidas todas las horas, me presento igualmente, ya que sabía que dejarlo en casa esperando al día siguiente, era una muerte anunciada. "Venga campeón, aguanta un poco que te llevo al médico y en nada volverás a estar fantásticamente" es lo que sale de mi boca mientras le ofrezco de beber un poco, preparo el transportin y un saquito para arroparlo y que vaya cómodo, ya que no tenía ya nada de fuerzas.
Jero
En la clínica me confirman las sospechas: no hay heridas con sangre y los picotazos de Txus no son mortales, pero la dificultad de respirar no es nada alentador. Se realiza un protocolo para combatir una posible infección... Pero no hay nada que hacer. La gran temida llamada de cuando tenemos un animal hospitalizado me llega a las pocas horas. Mi indio ya no está entre nosotros.
Jero
He querido relatar todo lo ocurrido porque la casualidad ha querido que esta semana haya tenido conocimiento de un perfil de dueños de animales que cuando un animal se ve afectado en atacar a otro, culpabilizan y los demonizan. Y.... Los emplumados no son los culpables. Para no herir sensibilidades y puesto que lo acabo de vivir en mis propias carnes, lo centraré exclusivamente en el caso de mis solteros de oro. Así que por favor que nadie se vea ofendido, ya que van a ser juzgados en exclusiva tres seres: mis dos muchachos y una servidora.
Jero
Si alguien tiene la responsabilidad y culpabilidad: soy yo. Fui yo quién decidió que podía ser buena idea para ambos vivir juntos. Fui yo la que decidió tras medio año de vigilancia que si eran aptos para convivir. Ellos no decidieron nada ni tuvieron voz ni voto, con lo que cualquier reacción negativa carecen de responsabilidad. Porque de ser por ellos, seguro que se hubiera evitado la convivencia si eran tan incompatibles.
Jero
Y por otro lado, tenemos la pregunta: ¿de verdad siempre son ataques o son intentos desesperados de ayudar a un compañero? Es una visión que llevo tiempo dándole vueltas a la cabeza después de observar por webcam como al fallecer su pichón, un agapornis macho se volvió loco e intentó alimentarlo e incluso se podía interpretar un intento de reanimación. Si no hubiéramos tenido las cámaras como testigos, el resultado final hubiera dado la conclusión que ese macho había atacado al pichón y matado (parecía una carnicería). No negaré que en los agapornis la agresividad está a la orden del día, pero... ¿Y si tuviéramos esa opción de auxilio?
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Txus por culpa de su impronta no sabe interactuar correctamente, pero como ya he comentado si he visto que han sabido convivir y que nunca han habido riñas superiores a las que una pareja bien avenida tengan. Además si él no hubiera hecho esa conducta quizás no habría tenido oportunidad de actuar, ya que faltaban aún horas para la siguiente toma y revisión exhaustiva. Su intento de auxilio consiguió el objetivo: que fuera. Además lo notaba desde hacía tiempo raro. Su actitud había cambiado drásticamente desde junio, señal que no pude interpretar en el pasado pero que ahora haciendo la conexión de puntos, veo que indicaba que sabía que su compañero se estaba despidiendo.
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Es por ello que no puedo considerar al benjamín de los alados cruel ni puedo tener ninguna actitud negativa de castigo. No ha hecho nada malo e incluso la paz que me ha dejado llevar al pico rojo al veterinario y que tuviera una oportunidad, aún le tendría que agradecerle que sea tan basto. Porqué... Jero ya estaba desde hacía dos años muy enfermo. La veterinaria de ese momento le daba meses de vida, con lo que poder hablar dos años más de convivencia es un regalo.
Jero pluma
A pesar que la culpabilidad no me persigue, despedir a un ser tan magnífico como Jero duele y cuesta. Soy incapaz de mencionar esa palabra e incluso escribiéndola tengo un nudo en la garganta. Es horrible ir a su habitación y no verlo vigilándome en su percha favorita, notar que el resto lo llama (Txus hacía años que no piaba y este jueves cuatro de agosto no ha parado)... Es la adaptación de asumir que nunca más vamos a verlo. Que forma parte ahora de las estrellas y seres increíbles que nos han dejado anteriormente.
Jero
Has sido mi compañero, mi confidente y mi maestro. Gracias por todo y espero que tu compañera con traje negro te haya recibido como te lo mereces. Cuídamelo a partir de ahora, Pepa.
Jero y Pepa

28 comentarios:

Unknown dijo...

Me han emocionado muchísimo tus palabras. Una entrada preciosa y mafnífica para despedir a tan importante compañero. Espero que poco a poco os recuperéis de su pérdida, es increíble cómo seres tan pequeños dejan huellas tan grandes. Todo mi ánimo para ti. Un besazo!

Unknown dijo...

*magnífica

Unknown dijo...

Me he emocionado mucho, de hecho estoy llorando y me he acordado de cuando se nos murio Ikki, lo tenia en la mano y Kyra el pobre no se retiraba de el , tirandole de la patita para que se moviera o reaccionara y a los dias su pareja subida en el sitio mas alto de la casa, sobre su balon de rugby, que era uno de los "sitios de poder", llamandolo con gritos que nos desgarraban. Tienes mucha razon, mientras mas tiempo pasas con ellos y observas sus conductas te das cuenta de la complejidad de sus relaciones. Lo siento muchisimo y ahora lo unico que te puedo decir es mucho animo

Unknown dijo...

Te mando un abrazo, Hed, tengo los ojos llenos de lágrimas...

Unknown dijo...

Hola Hed, acabo de enterarme. Que duro es perder a un ser querido, nunca estamos preparados para ello. Me he emocionado muchísimo, y tengo los ojos llenos de lágrimas. Jero debe de estar muy orgulloso de haberte tenido a su lado y también a tus emplumados como compañeros. Sé que en este momento ninguna palabra alivia, es complicado pero quiero que sepas que desde aquí te doy todo mi apoyo y todo el ánimo posible. Jero ahora es un angelito, que estará muy agradecido de estas bonitas palabras que le has dedicado y también de los momentos tan buenos que habéis pasado juntos.
Un abrazo muy fuerte!

Vanessa Calonge dijo...

Muchas gracias de corazón, guapísima.

Vanessa Calonge dijo...

Gracias guapa.
Lo que más duele es que estábamos con los preparativos, que a finales de mes hacía nueve años en casa.... Así que ha sido un jarro de agua fría tener que hacer lo contrario, la despedida. La semana que viene será el homenaje final por el canal, ya habían temas pactados y tampoco me he visto con fuerzas de ponerme delante de la cámara en estos dos días :-(

Un achuchón muy gordo.

Vanessa Calonge dijo...

Muchas gracias guapísima por pasar y compartir el dolor que tenemos por aquí. Te quiero mandar un achuchón muy fuerte y cálido.

Vanessa Calonge dijo...

¡Ei Cris!
Gracias guapísima por pasar y estas palabras de aliento. Se agradecen de corazón guapa.

Un abrazote fuerte para ti y el resto de la familia :)

Anónimo dijo...

Querida amiga, me he quedado fatal al leer esto. Lo siento de veras, con toda mi alma y todo mi corazón. Ojalá pudiera hacer algo para calmar tu dolor o para devolverte a Jero, pero no puedo. Sólo puedo darte ánimos, y decirte que tú no tienes la culpa de nada, al haberlos juntado. Y que no creo que Txus le atacara. No lo creo. Yo creo que ya estaba débil por la enfermedad, y que era su hora.
Por favor, cariño, no te culpes. Muchos ánimos. Aquí me tienes para lo que necesites, de verdad. Un abrazo bien bien fuerte para tí y tu madre. TQM.

Vanessa Calonge dijo...

¡Gracias guapa! No sabes lo que se agradecen tus palabras.

Sentimiento de culpabilidad no tengo porque he visto lo bien que han estado estos dos años, los previos del día anterior y de esa mañana, que me dejaron claro que el encontrarme a Jero en el suelo agonizando hubiera llegado aunque viviera solo, porque ya llevaba muchos años mal.

Lo he manifestado de esta manera ya que hay una tendencia donde están recomendando "abre la ventana y que se vayan porque son malos" cuando hay algún problema con un emplumado y como la gente es muy sensible... Pues en vez de hablar a modo generalista, lo he enfocado a nivel personal :)

Un achuchón bien gordo y ¡gracias por estar siempre ahí!

Unknown dijo...

Wow hed,mis condolencias, me he enamorado demasiado del proyecto y jero wow jero era el primero en mi mente cuando de universo agapornis se hablaba, un abrazo desde colombia, Daniel Sarmiento, estamos en contacto para lo del libro!

Antipodas apruebademaquillaje dijo...

Nunca se van, estoy segura que algún día nos encontraremos. Tú con tu Jero, yo con mi Nare. Fuerza, compañera, la vida que tú le diste no pudo haber sido mejor. Un abrazo.

Estherlinka dijo...

Muy emocionante, duele mucho la pérdida de un pequeñín. Mucho ánimo.

Vanessa Calonge dijo...

Muchas gracias Daniel :)

Vanessa Calonge dijo...

Muchas gracias guapa. Ya están los dos juntos junto al resto que se fueron antes y como dices... Estoy segura que nos esperan para reencontrarnos :)

Un abrazote bien gordote!

Unknown dijo...

Lo siento muchisimo hed, se lo que se siente al perder a una mascota, por suerte y como consuelo jero a caído en tus manos (y no en las de cualquier otra persona irresponsable) y a vivido feliz y bien cuidado hasta el final, muchos ánimos, un abrazo!.

Unknown dijo...

Realmente doloroso, lo siento muchisimo y te mando todas mis fuerzas para que te mejores lo antes posible, lo mejor de todo es que su vida tomo un buen rumbo y te encontro a ti, un abrazo.

Unknown dijo...

Lo siento mucho Hedow... estoy muy triste...D.E.P.

Vanessa Calonge dijo...

Muchas gracias Francisco,
Por suerte como siempre se ha hecho lo mejor en cada momento nunca he tenido remordimientos. Pero como bien sabes, se hacen querer mucho y es inevitable no echarnos de menos.

Muchas gracias y un abrazote bien fuerte, crack

Vanessa Calonge dijo...

¡Muchas gracias compi!
Ya vamos mejor, aunque deseo que septiembre traiga mejores experiencias que este mes... Ha sido para olvidar :-S

Un achuchón gordote

Vanessa Calonge dijo...

Gracias Ari por estar siempre ahí :)

Unknown dijo...

mira yo te entiendo pero todo se supera a mi me paso lo mismo con el mio y aun lo hecho de menos pero he aprendido ha tener mucha paciencia con el y animo que todo se supera un fuerte abrazo

Vanessa Calonge dijo...

Gracias por pasar y comentar :)

Unknown dijo...

Esos dos últimos años que pasó Jero con vosotros, fueron un regalo que disfrutasteis mutuamente. ¡Me he emocionado muchísimo con lo que has escrito! ¡Un besico grande, guapa!

sara.almodovar@yahoo.es dijo...

He llorado. Se lo que es y lo expresas tan bien!!!!!!! Era precioso.

Vanessa Calonge dijo...

Gracias Silvia. Al menos se hizo todo lo que se pudo y estuvo en nuestras manos :)

Vanessa Calonge dijo...

¡Gracias Sara por pasar y comentar!

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